ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN COMO NECESIDAD DEL CRISTIANO
- 5 sept 2019
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Septiembre 5 de 2019. Devocionales: Arrepentimiento y perdón como necesidad del cristiano. Marcos 1:14-15 "después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio".

Desde la caída del primer Adán hasta la época actual, ha existido la necesidad del arrepentimiento. Como seres humanos carnales, venimos al mundo con propósitos terrenales como crecer y progresar, lo que constituye un proceso de toda la vida, pero durante este proceso todos pecamos. Romanos 3:23 "por cuanto todos pecamos, y están destituidos de la gloria de Dios". Ahora bien, algunas veces pecamos por debilidad, ignorancia o por nuestra desobediencia deliberada.
Antes de que Jesús viniera a la tierra estábamos condenados eternamente. (Romanos 3:23), por eso Dios tuvo el mejor plan de salvación para nuestra vida Juan 3:16 "porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna".
Cuando Jesús se hizo hombre, empezó a predicar el evangelio, que como ya sabemos evangelio significa "buenas noticias". Y pues, ¿cuál es esa buena noticia? es que a pesar que los hombres seamos rebeldes y pecadores, Dios quiere que formemos parte de su reino. Ahora bien, después de todo el desprecio que este mundo manifiesta contra Dios, sería razonable que él nos destruyera, pero el anuncio con el que el Señor Jesús empezó su ministerio nos llena de esperanza.
El arrepentimiento y el perdón son requisitos que Jesús estableció para que nosotros podamos entrar a su reino.
¿Qué es el arrepentimiento ?
"implica abandonar nuestra independencia de Dios, nuestra enemistad y rebelión contra él, para volvernos a su justicia".
Se trata de una decisión firme y consecuente de cambiar y pasar de las tinieblas al reino de Jesús.
El apóstol Pablo explicó lo que esto implicaba en los siguientes términos: colosenses 1: 13-14
"el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados".
Por lo tanto, el arrepentimiento nos lleva a asumir una nueva mentalidad, nuevos deseos y una nueva voluntad de agradar a Dios.
No se trata de corregir algunos aspectos de nuestra personalidad, o convertirnos en religiosos. El arrepentimiento verdadero abarca el intelecto, las emociones y la voluntad, en las que Dios llega a tener la absoluta supremacía.
¿Cómo saber si nuestro arrepentimiento es genuino?
Un cambio en la forma de pensar: Lucas 18:13 "mas el publicano, estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador". Este punto implica un cambio radical, en el modo de entender la gravedad que el pecado tiene como una afrenta contra Dios. También implica el reconocimiento de nuestra responsabilidad y aceptación de nuestro estado espiritual ante Dios. Y un punto importante es que un verdadero arrepentimiento incluye un cambio respecto a quién es Jesús y el lugar que debe ocupar en nuestra vida.
Un cambio en la manera de sentir: desde el punto de vista emocional, el arrepentimiento va acompañado de un sentimiento de pesar, tristeza o vergüenza al descubrir la suciedad y gravedad del pecado. Aunque muchas veces se puede llegar a estar apesadumbrado o avergonzado por algún pecado y sin embargo no llegar a la salvación. "Es difícil imaginar un verdadero arrepentimiento que no incluya vergüenza, pero hay que aclarar que eso no garantiza que sea genuino. A veces, esa vergüenza es motivada por temor a quedar en ridículo, etc., y pasado un tiempo, se olvida de lo que cometió, y sigue la vida sin cambios".
Un cambio en la manera de vivir: el arrepentimiento incluye un cambio en la voluntad de la persona. Hay una firme determinación de abandonar la "pasada manera de vivir" para cambiarla por una nueva, radicalmente distinta. Implica el abandono de la desobediencia a Dios para rendir nuestra voluntad a Cristo.
Por: Daniela Paola Granados P.
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