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EL PERDÓN

  • Foto del escritor: Daniela Granados Pérez
    Daniela Granados Pérez
  • 1 ago 2019
  • 3 Min. de lectura

Agosto 1 de 2019. Tema: El perdón.

Hoy en día es muy raro las veces que se habla del perdón. Prácticamente, creemos que no traen consecuencias a nuestra vida el guardar resentimientos hacia alguien, o no disculparnos hacia a quien le hemos hecho daño.

Vivimos en un mundo en donde se nos enseña a responder igual como nos tratan "ojo por ojo, diente por diente". Nos disgustamos por cualquier cosa, nos resentimos con personas hasta por malos entendidos. Lamentablemente, el orgullo del ser humano tiene sus propias "lógicas". Preferimos perder la amistad de alguien sólo por no pedir perdón o porque no nos piden disculpas "fue el/ella quien me hirió". ¡Cuan alejados estamos de lo Cristo vino a hacer en la tierra!

Por otra parte, muchos viven engañados pensando en haber perdonado, pero cada vez que ven a esa persona el recuerdo de aquello que los hirió vuelve a revivir y a crear dolor.

Dado esto, vamos a definir qué es el perdón.

Definición del perdón:

  • "hace referencia a solicitar u otorgar a alguien la remisión de una obligación o una falta"

  • "es el acto deliberado de pasar completamente por alto una ofensa"

En la biblia se dice claramente que el perdón de Dios es tan pleno, que él olvida completamente nuestros pecados cuando nos otorga su perdón. Hebreos 10:17 "Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones".

El más claro ejemplo del perdón lo mostró Dios al ofrecernos su amor incondicional y regalarnos su amistad y reconciliación a través de Jesús.

Ahora bien, para ser perdonados es necesario el Arrepentimiento como requerimiento del perdón: Lucas 17:3-4 "Mirad por ustedes mismos. Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día volviera a ti, diciendo: me arrepiento, perdónalo." Nuestro perdón se basa sobre el sacrificio de Jesús en la cruz. 1 de Juan 1:7 "pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado"; 2:12 "...vuestros pecados han sido perdonados por su nombre." Como seguidores de Cristo, nosotros somos llamados a perdonar de manera tan plena como nosotros mismos hemos recibido el perdón de Dios. Colosenses 3:13 "soportándose los unos a los otros, y perdonándose los unos a los otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo los perdonó, así también hacedlo vosotros."

Cuando no perdonamos estamos atados al pasado; el corazón se llena de resentimientos, amarguras, frustraciones, odio, venganza, dolor y perdemos la dirección o rumbo de las cosas.

El precio de no perdonar:

El perdón es necesario en nuestra vida, es una ordenanza que Dios nos dejó, el hacer caso omiso a este mandato es un acto de desobediencia que, al igual que cuando rompemos una norma hay una consecuencia, así mismo pasa cuando no obedecemos a Dios.

Cuando no perdonamos estamos expuestos a que el enemigo entre en nuestra vida, a que la paz de Cristo se convierta en tormento, y a que el amor se enfríe.

Cuando no perdonamos:

  • la indiferencia y el odio toman el lugar del amor.

  • la amargura y la depresión desplazan el gozo.

  • la ansiedad toma el lugar de la paz.

  • la impulsividad desplaza a la paciencia.

  • el corazón se vuelve duro y no benigno.

  • la malicia toma el lugar de la bondad.

  • la resignación toma el lugar del dominio propio.

  • nuestra naturaleza se torna demandante y dominante.

Ahora, si bien es cierto que el perdón no es algo instantáneo, es un proceso que lleva su tiempo y que tiene una serie de pasos:

  1. Evaluar mi condición actual (identificar la fuente de mis heridas) y mirar las oportunidades que Dios me brinda de cambiar mi situación. ¡Dios es un Dios de oportunidades!

  2. Arrepentirnos: cambiar nuestra manera de pensar acerca de eso que me hace daño, y sobre lo que yo hago que también le hace daño a otros.

  3. Redimir: "soltar al culpable" "dejarlo ir".

  4. Perdonar cada vez que me ofendan "70 veces 7" perdón ilimitado.

  5. Recordar la gracia de Dios.

  6. Buscar a Dios (oración) y pedirle su ayuda.

Para poder perdonar tenemos que entender que la voluntad de Dios para nuestra vida es que tengamos un corazón perdonador, que echemos fuera todo resentimiento o rencor que se quiera anidar en nuestra vida y permitir que Jesús sea quien guíe por completo nuestra vida.



Por: Daniela Paola Granados P.

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